🍂✨ Cuenta atrás para el otoño – ¡faltan 7 semanas!

Agosto llama a la puerta


Agosto entra con una mezcla extraña de sol y anticipación. Aún brilla con fuerza, pero ya no deslumbra igual. Algo cambia. No es evidente, ni urgente, pero se cuela en los gestos, en los objetos que elegimos, en los pensamientos que van un paso por delante.

Hay quien dice que agosto es el domingo del verano. Yo creo que es más bien esa hora de la tarde en la que ya no aprieta el sol, pero aún no has encendido la luz. Ese momento tibio que lo envuelve todo y te hace mirar hacia lo que viene

Esta semana no ha sido distinta por fuera, pero por dentro ha empezado a girar la rueda. 

Han sido días de  tormentas , y sin pensarlo, una de esas tardes encendí una vela. No sé si por costumbre o por placer, pero fue un gesto que me ancló. Afuera llovía, dentro olía a cera suave y se estaba bien.

Preparé pan casero y lo corté en rebanadas para congelarlo, como hago cuando necesito tener cosas listas sin renunciar a lo hecho en casa. Me da paz saber que ya está ahí, esperándome para el desayuno o una merienda tranquila.

Aquí puedes seguir toda la cuenta atrás →un paseo suave entre palabras, imágenes y estaciones

El fin de semana, nos escapamos al interior de Girona. Mucha naturaleza, piscina para sobrellevar el calor y cielos más densos que de costumbre. 


En algunas tiendas ya han empezado a poner cositas de otoño, sobre todo de decoración y hogar: tonos tierra, calabazas de tela, hojas secas. Aún mezclados con lo veraniego, pero ya presentes, como si no pudieran esperar más. Y claro, a mi me encanta todo
Y como cada año, el cambio de agenda también marca su presencia. Las que uso desde hace un montón de años empiezan en agosto, así que ya tengo la nueva lista, con sus páginas en blanco y ese cosquilleo que siempre me provoca empezar de cero. El día 1 la estrenaré con bolígrafos nuevos, una libreta extra… y algunas ideas que ya están tomando forma.
Aun así, no todo ha sido transición. También sigo aferrada a lo que pronto se irá.

Un ejemplo es lo que disfruto especialmente de merendar sandía. La corto bien fría y la como despacio, como si pudiera guardarla en la memoria para cuando ya no esté.

Porque en otoño no hay sandía, y lo sé, pero ahora sí… y me encanta.

🍂 Esta semana, te propongo observar tu entorno y detectar las primeras señales que anticipan el otoño.

No hace falta que sea evidente. Puede ser un gesto, una compra, un olor.

Haz una lista de tres cosas. Escríbelas en tu agenda o simplemente en tu mente.

Y si te apetece, compártelas conmigo o en los comentarios del blog.


A veces, el otoño empieza así: con una vela encendida en mitad de una tormenta, una libreta nueva… o una sandía que sabes que pronto dejarás de encontrar.Y tú, ¿en qué lo notas?

¿Has cambiado algo pequeño en casa sin darte cuenta?

¿Has mirado tu cocina con otras ganas, o tu armario, o tus rutinas?

Gracias por estar al otro lado. Si te apetece, déjame un comentario ...

Me encantará leerte.

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