🍂 Cuenta atrás para el otoño — ¡Falta 1 semana!

 Un mundo que cambia de color.

Septiembre avanza y cada día es más fácil notar que algo está cambiando. Las tardes son más cortas, la luz es más dorada y, aunque el calor sigue, el aire empieza a sentirse diferente. Estamos a solo una semana del otoño y todo parece prepararse para darle la bienvenida.

Cambios que se ven y se sienten

Me encanta cómo todo empieza a transformarse. En la naturaleza,  los verdes intensos van perdiendo fuerza y aparecen tonos más suaves, como si el paisaje empezase a pintarse con pinceladas doradas. En las tiendas, los escaparates dejan atrás el verano: tazas más grandes, manteles con colores cálidos, velas con aromas a especias, colores tierra que invitan a la calma.

Y en casa también hay cambios pequeños: un cojín nuevo, una manta ligera sobre el sofá, una vitrina que empieza a llenarse de detalles otoñales, luces suaves que por la noche hacen que el comedor se sienta más acogedor. Son cosas sencillas, pero que hacen que todo parezca más tuyo, más cálido.

Rutinas que se renuevan

Con septiembre me apetece cuidarme un poco más. El verano suele dejar mi piel y, sobre todo, mi pelo más secos, así que mi rutina se vuelve casi un ritual: doble limpieza, tónico hidratante, contorno de ojos, vitamina C que alterno con un sérum más rico, cremas que ya son como viejas amigas (Shiseido por la mañana, Estée Lauder por la noche). Y para el pelo, mascarilla y calma, porque también se lo merece. Ese momento en que paro y me dedico tiempo es casi tan necesario como un café tranquilo.

También vuelven mis ganas de crear. Estos días ya pienso en lo que quiero bordar: tengo en mente un sampler otoñal, pequeños bordados para decorar, y hasta algún guiño a la Navidad. Incluso me ronda la idea de retomar mis diarios de Navidad en scrapbook. Solo pensarlo me ilusiona. Ya tengo los materiales, guardados y esperando, y buscarlos será casi como ir de compras, pero en mi propia casa.

Momentos que acompañan

Además de los cambios que se ven, también cambia la forma en que vivo los días. Empiezan a apetecer otras cosas: los paseos se hacen más tranquilos y con más ganas de fijarme en los detalles. Esta es también la época en la que comienzan las setas, y me encanta salir a buscarlas con mi marido. No siempre encontramos muchas, pero el simple hecho de pasear por el bosque, con ese olor a tierra húmeda y hojas bajo los pies, ya es un plan perfecto.

Llegan las excursiones de un día para descubrir pueblos nuevos. No hace falta ir lejos: basta con elegir un sitio pequeño, con calles tranquilas, alguna iglesia, tiendas con encanto… Es un plan que siempre me recarga.

Y, cómo no, empiezan las primeras ferias de otoño. Esas que llenan las plazas de productos de temporada, artesanía y olores que invitan a probarlo todo. Solo con pensar en pasear por un mercado con calabazas, panes caseros, miel o embutidos me entra esa ilusión tan mía de septiembre.


Son momentos sencillos, pero que marcan el ritmo de este tiempo: el verano ya queda atrás y cada paso nos acerca a la estación que más me gusta.

🧡 Mi propuesta

Esta semana, date un tiempo para observar y cuidarte. Mira cómo cambian los árboles, cómo las tiendas se llenan de colores cálidos, cómo tu casa pide un toque nuevo. Quizá solo sea encender una vela, cambiar las fundas de los cojines, cuidar tu piel con un mimo extra o rescatar un proyecto creativo que tenías guardado. El otoño está a la vuelta de la esquina, y es bonito sentirlo llegar poco a poco.

Nos leemos la semana que viene 🍁 

Será el último post antes del otoño, y ya todo empezará a oler a hogar y a tardes más tranquilas.


Gracias por estar al otro lado. Si te apetece, déjame un comentario ...

Me encantará leerte.

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