📖 Día 3 — Diario de Brise d’automne
Esta semana no ha pasado nada especialmente destacable. Ha sido una de esas en las que el trabajo manda, la rutina se impone y los días parecen repetirse sin demasiadas sorpresas. Y, sin embargo, también ha sido una semana de pequeños retornos.
Sin proponérmelo, he vuelto a ciertas rutinas que tenía aparcadas. Como si el otoño, con sus hojas cayendo sin prisa, se encargara de despertar aficiones dormidas. Me ha pasado con el scrapbooking. Empecé a ver vídeos sobre December Daily, esos diarios navideños que tanto me inspiran y que siempre consiguen recordarme por qué empecé. Tengo dos sin terminar desde hace años. Quizá este sea el momento de retomarlos. Como cuando encuentras una carta olvidada y sientes que ya es hora de responderla.
También he estado buscando un bordado pequeño que pueda tener listo antes de Halloween; las que me seguíos por aquí sabéis que adoro esos diseños. Me gusta tener algo entre manos, y estos días me apetecía un proyecto sencillo.
El domingo salimos al bosque a buscar setas, algo que nos encanta hacer por lo que aprovechamos todos los días de Otoño que podemos hacerlo. Caminamos juntos al principio, pero cuando el terreno se vuelve más abrupto y él sigue explorando, yo prefiero volver al coche, sacar el bastidor y bordar un rato. Él recolecta setas, yo recojo momentos.
Y entre todo eso, volví a Las chicas Gilmore. Hacía años que no la veía, pero hay algo en ese universo —el ritmo, los personajes, el ambiente de pueblo con olor a café y hojas secas— que encaja a la perfección con octubre. Me apetecía volver a ese rincón.
A veces me pregunto si a los demás también les ocurre. Eso de dejar cosas que les gustaban —un hobby, una rutina— y reencontrarse con ellas tiempo después, como si el cuerpo supiera cuándo volver. A mí me pasa a menudo. Llega el frío, cambian los días, y de pronto, todo eso que parecía olvidado vuelve a llamar a la puerta. No con ruido, sino con un susurro: “Aquí sigue, cuando quieras volver”.
Para mí, el otoño tiene mucho de eso. De reencontrarse con lo que uno es, sin necesidad de grandes cambios. Solo volver. Y seguir.
Gracias por estar al otro lado. Si te apetece, déjame un comentario…
Me encantará leerte.
Adoro la sensación de reencontrarme con una acuarela, una caja por lijar, una página de scrap o un bordado a medias....me recuerda lo mucho que me gustan hacer esas manualidades y me hace sentir que pase lo que pase mi esencia sigue estando ahí.
ResponderEliminarUn post precioso, amiga
Besitos