Hoy os invito a que me acompañéis al festival internacional de Patchwork que se celebró en Sitges.
Llegamos sobre las 11 y media, y había ya tal cantidad de gente que era casi imposible estar allí, por lo que decidimos aprovechar el buen día que hacía para pasear por el pueblo, recorrer sus bonitas calles, buscar un sitio bonito para comer y luego ir a las carpas, donde estaban todos los stands, a ver si teníamos suerte y había menos gente.
Después de comer volvimos al paseo de Sitges que es donde estaba la feria comercial con la esperanza de que hubiesen menos personas; pero no. Aún así entramos esta vez.
La verdad es que todo era una tentación y yo no pude resistirme a hacer algunas compritas que os enseñaré en otro post para que este no sea tan largo (que ya lo es jeje)
Ya sólo nos quedaba volver al coche para poner rumbo a casa.
¡Hasta la próxima, Sitges!